¿Por qué preservar-conservar-restaurar?
Se me ocurren infinidad de formas de contestar a esta pregunta. Pero no voy a utilizar ninguna de ellas. Quiero enseñaros unas preciosas palabras que hoy nos han "regalado" en clase de Historia de la Conservación y Restauración.
Son las palabras que Belisario, general bizantino, escribió cuando Totila, rey ostrogodo, conquistó Roma, en el año 546 d.C.
Los hombres sabios y que valoran con justicia las leyes de la vida civil embellecen con obras de arte las ciudades que carecen de ellas; los hombres necios, en cambio, las despojan de sus ornamentos y así, sin ninguna vergüenza, dejan para la posteridad el recuerdo de su malvada índole. De todas las ciudades bajo el sol Roma es la más grande y la más bella, porque ha nacido no del poder de un solo hombre, sino que la larga serie de Emperadores, la convergencia de la obra de los hombres más ilustres, empleando riquezas infinitas en una larga sucesión de años la han embellecido con obras maestras de artistas venidos de todo el mundo. Por tanto, quien arruinase tantas grandezas, sería reo de un grave delito contra todos los hombres del futuro, pues privaría de su valor a los abuelos e impediría a los nietos disfrutar de la vista de las excelsas obras de sus antecesores (...) Destruyendo Roma no pierdes una ciudad de otros, pierdes tu propia ciudad (...) conservándola te enriqueces fácilmente con la posesión más espléndida del mundo.Roma... o cualquier otro lugar.
del Procopio de Cesarea: La guerra gótica, III, 22.
Alcázar. Segovia. 2012. |